La meteorología es propia de un clima mediterráneo de interior, en el que están marcadas las variaciones térmicas entre el día y la noche y entre verano e invierno, a lo que se le une una amplia variación estacional del índice de pluviosidad. La precipitación media anual es de 450 l/m2 y la temperatura media de 8ºC, alcanzando las máximas en el mes de julio con 35ºC y las mínimas en los meses de enero y febrero con hasta –15ºC. Son frecuentes las heladas nocturnas durante la mayor parte del año, apareciendo rocío y escarcha, sobre todo en laderas y paredes rocosas orientadas al norte. Estas bajas temperaturas por la noche suelen alternarse con días muy soleados. Aunque la nieve suele hacer acto de presencia en los meses invernales, cada vez lo hace con menor frecuencia a lo largo de los últimos años.